Para qué se utiliza
Las preguntas generadas por los alumnos son una técnica excelente para asegurarse de que comprenden lo que se les ha enseñado y para motivarles a dedicar tiempo a ello. El tiempo que dedicarán a componer preguntas es tiempo dedicado a reflexionar sobre el enfoque utilizado, a decidir qué aspectos eran esenciales o merecían un debate adicional y a analizar qué preguntas les ha dejado el enfoque. Además, es un método que fomenta la creatividad de los alumnos, ya que aprenden a diseñar preguntas eficaces, que es algo que toda clase de escritura (y la universidad en general) debería pedirles. Es una tarea muy sencilla para que los alumnos la realicen bien si se concentran durante todo el tiempo de entrega, y para que los profesores la califiquen, por lo que todos salen ganando.
Además, puede ayudar a identificar patrones o fallos en el pensamiento de los alumnos y puede servir de gran base para preguntas de debate eficaces. Esta participación activa de los alumnos también les da la impresión de que están contribuyendo a la creación de la clase, haciéndoles sentir más implicados y sus opiniones más respetadas. Esto es especialmente importante, ya que los alumnos más callados suelen ser los que presentan las preguntas más perspicaces.