Seis Sombreros para Pensar Recomendación
Introducción
Dª. Pakize ÖNGÖR
Es profesora de filosofía en una escuela de formación profesional desde hace 12 años. Ha trabajado en diferentes escuelas secundarias.
Tu experiencia
Una de las técnicas populares que me gusta es: seis sombreros para pensar (Six Thinking Hats). Es muy conocida desde hace muchos años y oí hablar de ella durante mi formación en la Universidad. No esperaba que fuera tan útil en las clases, pero realmente me ayuda a mí y a mis alumnos.
En mis clases, los principales problemas son los estudiantes tímidos y los obstinados que no quieren pensar de forma diferente. A veces es muy difícil comunicarse con ellos y captar su atención. Para ambos alumnos decidí utilizar esta técnica, aunque al principio no querían participar y se mantenían distanciados respecto al resto de la clase.
Con el tiempo, se acostumbraron a esta técnica y participaron activamente en su práctica. Después de utilizar esta técnica, conseguí que los alumnos tímidos hablaran en clase y que progresaran en la expresión de sus ideas. Mis clases consisten en pensar y expresar lo que se piensa. No es fácil dar a los alumnos una perspectiva diferente, y como los alumnos de los institutos de formación profesional trabajan mayoritariamente en trabajos técnicos, su mentalidad es diferente a la de los alumnos de otros institutos. Sin embargo, ésta no es fija y debe ser de carácter variable. La filosofía nos ayuda a ello. Al principio les resultaba difícil pedir a cada alumno o grupo que defendiera esta idea imaginaria dándoles un sombrero de distinto color, pero al cabo de un tiempo hubo varios que mantenían que era divertido. Con el tiempo, tuve muchos alumnos que tenían ideas que contar sobre cualquier cosa.
La perspectiva del estudiante y anécdotas
Un alumno mío describió el cambio que se produjo en él mismo unos meses después de utilizar esta técnica:
Ahora incluso me sorprendo de mí mismo. No siempre opino y puedo ver las cosas desde distintos ángulos. No tengo problemas para expresarlo.
Consejos y trucos
Es posible que la técnica no interese inicialmente a los alumnos o que éstos sí quieran participar. Sin embargo, si la práctica es continuada, se verá lo positivo de los resultados. El proceso que se inicia con unos pocos alumnos se extenderá a toda la clase con una motivación positiva. Ajustar los tiempos de intervención de los oradores de forma equitativa evitará que el acto sea aburrido. Como hablarán en un tiempo limitado, utilizarán frases más inteligentes.